“La diversidad supone que haya personas que se han enfrentado a diferentes retos y que los han resuelto de forma diversa, en función de sus vivencias y de las herramientas de las que disponían en cada momento. Esto hace que ante un mismo problema, se planteen distintas soluciones dentro de un equipo, aumentando la creatividad y el aprendizaje de los componentes del mismo.”

Cecilia comenzó su andadura en BBVA hace 17 años y desde hace 2 está inmersa en el proyecto de BBVA IT como Business Owner de Personas. Su madre dice de ella que “cuando no está presa, la están buscando”, así que un poco inquieta debe ser. Considera que está siempre en continuo aprendizaje. Es una fiel defensora de la libertad de neuras, coach y tiene dos perros hiperactivos a su cargo.

Hola Cecilia, muchas gracias por aceptar nuestra invitación y participar en esta quinta entrega de Women@IT.  Tú te encargaste de comunicar al equipo de Personas que nos íbamos a trabajar a casa por la crisis sanitaria. Cinco meses después, aquí estamos, teniendo esta entrevista por videoconferencia. ¿Qué se te pasó por la cabeza en aquel momento?

La realidad es que no fue algo que me sorprendiera tremendamente. Desde hacía un mes estaba siguiendo las noticias en los periódicos sobre lo que estaba ocurriendo en Wuhan y yo lo único que pensaba es que un virus, con los niveles de globalización que hay, es algo complicadísimo de controlar. Así que imaginaba que antes o después nos iba a llegar. Cuando os comuniqué que teníamos que irnos todos a trabajar a casa y cuando lo hablé con Javier Saiz, el CEO, mi único pensamiento es que todo el equipo se tenía que poner en modo operativo, en adaptar toda nuestra actividad a online y mantener la calidad de servicio que veníamos dando hasta ahora a nuestros clientes. Además, los empleados tenían que sentir que aunque estuvieran en su casa, nosotros estábamos cerca de ellos. Y esto era un gran reto.

Parece mentira cómo nos hemos adaptado a esta nueva situación pero seguro que nos vamos a seguir encontrando desafíos en este camino. ¿Cuáles crees que son los dos retos que afrontan los equipos en los próximos meses en este contexto de incertidumbre?

Creo que uno de los grandes retos que afrontaremos tiene que ver con la gestión de los equipos. Los líderes van a ser claves en estos momentos, deben tener la capacidad de mantener el entusiasmo y la motivación de los equipos, además de darles espacios para crecer. Es verdad que hemos tenido situaciones muy críticas y eso hace que muchas veces se den órdenes directas. Eso no permite el crecimiento de los equipos. Va a ser un reto para todos nosotros.

También es muy importante que el teletrabajo no reste en cuestiones como el sentimiento de equipo o de la cultura de la empresa. Todas aquellas compañías que vayan a mantener el trabajo en remoto al 100% se van a encontrar con estos retos y va a ser necesario salvarlos.

Pero no me quiero olvidar de otra dificultad que vamos a tener que gestionar; la parte anímica a nivel individual, el cómo abordaremos lo emocional si hay un nuevo confinamiento o restricciones, la gestión del cuidado de los hijos, de no ver a la familia… Todo lo que nos toca más de cerca.

Parece que esta situación no va a terminar pronto y, por sacar algo positivo de todo esto, creo que nos puede dar una oportunidad de desarrollarnos en un contexto de dificultad. ¿Qué estás aprendiendo de toda esta situación?

Estoy aprendiendo a que hay que relativizar las cosas y mantenerse tranquilo. Durante los momentos con más estrés en mi vida, a posteriori pensaba que para qué tantos nervios, tanta autopresión… ¡si siempre salimos de todo! Siempre conseguimos terminar el trabajo, siempre llegamos a los objetivos, cumplir con los temas familiares… Así que no hay que ponerse nervioso, hay que lograr ser un poco más estoicos. Eso me incluye a mí, evidentemente. Esto es lo que nos toca vivir y hay que adaptarse a ello. No sirve de nada quejarse ni protestar. Tenemos que adaptarnos y tirar para adelante con la certeza de que todo irá mejor.

Pasando un poco a tu faceta más personal, me gustaría que habláramos de una parte de tu carrera profesional concreta. Los que te conocen saben que has tenido una trayectoria algo diferente. Has tocado distintos palos y has estudiado un montón de cosas. Y sorprende que tienes una especialización en datos hace más de 10 años. ¿De dónde viene este interés? Porque esto es algo casi visionario…

En este caso yo no fui la visionaria. Vino de un jefe que tuve justo en los inicios de mi carrera en el banco. Por el tipo de trabajo que estaba haciendo en aquel momento, analítica de clientes, me comentó que podría ayudarme y orientarme mucho para desarrollar capacidades analiticas. Para mí fue todo un reto porque yo estudié Derecho y el máster que había hecho era en temas de Asesoría Fiscal, así que la parte de matemáticas y estadística la tenía muy lejana y, en algún tema, más que lejana… ¡inexistente! Sí que recuerdo que fue un año durete. Aquellos fines de semana estudiando…, daba gracias por no tener novio, porque con mis amigas ya me distraía lo suficiente.

Y sí, ese curso me ayudó mucho para mejorar mi capacidad analítica, aunque todavía tengo mucho recorrido. También aprendí a ver las cosas de otra manera, desde un prisma totalmente diferente. Me vino muy bien, me enriqueció mucho y creo que fue algo fundamental para mi carrera profesional. Desde entonces siempre tengo presente que hay que medir las cosas y que, para tener criterio, hay que tener sensibilidad ante los datos, ser capaz de interpretarlos.

Enlazando con esa parte del enriquecimiento personal, en base a tu experiencia como gestora, me gustaría preguntarte por cuáles crees que son las cualidades esenciales para el desarrollo profesional

Considero que dependiendo del tipo de trabajo puedes necesitar unas habilidades más que otras. Sin embargo, sí te diría que, lo que en general me gusta que tengan nuestros empleados, es que sean capaces de adaptarse a los cambios. Eso es vital para avanzar y desarrollarse. La pandemia ha puesto de relieve que la anticipación y la adaptación es fundamental. Tener capacidad de reacción ante los eventos ha sido diferencial en estos últimos meses.

Otro de los aspectos que considero fundamental es la credibilidad porque implica varios atributos como son la coherencia, la solidez y el cumplimiento de la palabra. Cuando las acciones van por delante se cuenta con una autoridad muy potente ante los demás. Para mí esa es una de las cualidades centrales en una persona.

Y, por supuesto, la confianza, porque es la base de cualquier relación. Creo que a día de hoy prácticamente todos los trabajos están al servicio de los demás, ya sea de nuestros clientes externos o internos, de nuestros compañeros, de nuestro jefe… En el mundo en el que estamos, en el que constantemente nos relacionamos, el otorgar y mantener esa confianza es algo complejo.

Pero si te tuviera que decir cúal es para mi el principal,  sería el pensamiento crítico. La capacidad de analizar lo que se tiene delante, entenderlo y tomarse el tiempo para reflexionarlo. Creo que es crítico ser capaz de encontrar otras maneras de abordar un problema, un procedimiento… y saber construir sobre ello.

Ya sabes que el tema base de esta sección es la diversidad y la inclusión. Para ti, ¿qué supone tener equipos diversos?

Me parece algo totalmente imprescindible. Dentro de mi cabeza no existe otra cosa que no sea la diversidad dentro de los equipos a nivel general. Creo que a lo largo de la vida todos nos enfrentamos a diferentes retos y eso es lo que nos hace crecer y desarrollar unas habilidades u otras. Y se pone de manifiesto cuando un mismo problema se puede resolver de mil maneras diferentes. Esto se ve muy claro en las matemáticas, existen caminos diferentes que te llevan al mismo resultado o conclusión.

Yo creo que la diversidad supone eso, que hay personas que se han enfrentado a diferentes retos y que los han resuelto de forma distinta en función de sus vivencias y de las herramientas que tenían disponibles en cada momento. La diversidad en una empresa supone una mayor creatividad y una mayor capacidad para resolver problemas. Cuanto más diversos sean los equipos, más propuestas se plantearán  a la hora de solucionar un reto. Además, esa diversidad ayuda a que el grupo tenga un crecimiento y un aprendizaje también diferente. Es algo que se retroalimenta, aumenta la creatividad y se incrementa el aprendizaje de los componentes del equipo.

Estoy totalmente de acuerdo contigo, Cecilia… Hay una frase de Carlos Ruiz Zafón que dice que los libros son como espejos y que reflejan lo que uno lleva dentro. En el marco de esta cita, ¿qué libro recomendarías?

Me resulta muy difícil escoger un libro… pero uno de los que he leído hace poco tiempo que me ha hecho pensar ha sido ‘El Hombre en Busca de Sentido’, de Viktor Frankl, es un clásico. Trata de un psiquiatra que está en un campo de concentración nazi. Del libro hubo muchas cosas que me marcaron por su dureza pero hay una parte en la que habla del concepto de la logoterapia, que se basa en que el paciente se mantenga sentado y erguido para oír cosas que a veces son difíciles de escuchar. Esto me recordó mucho a todo el tema del feedback, que en ocasiones es tan complicado darlo como recibirlo. Hay momentos en los que tenemos que decirle a los compañeros cosas que nos cuestan y que son difíciles de hacer sin romper la confianza. También me recordó al tema del coaching porque ahí confrontas a la persona y a veces le haces escuchar cosas que no quiere oír, pero que son la base del crecimiento y el cambio. Probablemente por eso creo que es una de las lecturas que más me ha marcado en los últimos años.

Para concluir la entrevista Cecilia, ¿qué consejo nos darías para gestionar la incertidumbre durante esta emergencia sanitaria?

Prefiero no dar ningún consejo porque todos somos distintos y lo que vale para uno puede no valer para otro. Cada uno sabe lo que necesita en cada momento y dar consejos en estos temas es difícil. Lo que sí que puedo aportar es una reflexión, que es que creo que de los cambios siempre sale algo bueno y que te permiten mejorar. Ayer precisamente leía un artículo que decía que lo que no se medía no se puede mejorar. Esto me hizo pensar que con el cambio pasa lo mismo. Si no se producen cambios no se puede mejorar ni evolucionar. Hay veces que los cambios los buscamos y otras veces que nos llegan, pero en cualquier caso siempre producen una evolución, nunca se pasa de manera indiferente ante ellos. Si estuviera aquí mi jefe diría que “sin crisis no hay crecimiento”. Esa es una frase cómplice que tenemos y con la que nos reímos en los momentos que tenemos mucha presión, por lo manida que la tenemos, pero es muy cierta. Las crisis, los cambios, siempre traen cosas de las que se pueden aprender y crecer, desde la zona de confort se crece menos.